Los “supergusanos” podrían ser el secreto de la sustentabilidad

No es ningún secreto que el mundo está inundado de plástico. Decenas de millones de toneladas de residuos plásticos acaban en los vertederos cada año. Para hacer frente a los retos que plantea esta basura habrá que explorar todas las vías que puedan conducir a un futuro más sustentable.

Como sugiere un nuevo estudio científico basado en una investigación de la Universidad de Queensland, en Australia, el secreto para acabar con la sobreabundancia de residuos plásticos en el mundo podría estar escondido en las tripas de Zophobas morio, una larva de escarabajo también conocida como “kingworms” o “supergusanos”.

El microbiólogo Christian Rinke y su equipo dividieron a 135 Zophobas morio en tres grupos: uno alimentado con una dieta de salvado de trigo, otro alimentado exclusivamente con poliestireno blando y un tercer grupo que pasó hambre. Los supergusanos de salvado de trigo fueron los que más aumentaron de peso y pasaron de ser larvas a escarabajos en un 90%. Sorprendentemente, los supergusanos alimentados con una dieta de plástico puro consiguieron descomponer y extraer suficiente energía del poliestireno para engordar más que el grupo de inanición y madurar hasta convertirse en escarabajos con una tasa de éxito de dos tercios.

Los resultados sugieren que el intestino de los supergusanos depende de las enzimas bacterianas para descomponer el poliestireno en moléculas más pequeñas y digeribles. Como señala Scientific American, entender cómo replicar este proceso a mayor escala podría permitir algún día reciclar plásticos que, de otro modo, no serían más que residuos al final de su ciclo de vida útil.

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Para ello, hay que aclarar que no se trata de soltar un montón de larvas de escarabajo en un vertedero. Lo que se espera es que las investigaciones posteriores puedan determinar exactamente cómo estos microbiomas intestinales son capaces de romper los enlaces que conectan los átomos de carbono dentro del plástico, lo que permitiría replicar el proceso a través de la química intencional. Dado que la investigación del equipo de Rinke analizó las bacterias intestinales de los supergusanos con mayor profundidad que los científicos en estudios anteriores, la posibilidad de hacer que este plástico sea biodegradable está más cerca que antes.

Este novedoso enfoque para convertir los residuos de poliestireno en algo más útil no es el único método que se ha propuesto en los últimos tiempos. Un estudio de 2021 publicado por científicos del Laboratorio Ames del Departamento de Energía de Estados Unidos afirma que el poliestireno comercial puede deconstruirse a temperatura ambiente mediante “una técnica que coloca los materiales en un frasco de molienda con rodamientos de bolas metálicas, que luego se agita hasta que se produce una reacción química deseada”, un método que los científicos caracterizan como “un proceso ecológico y de bajo consumo energético”.

Puede que aún falte algún tiempo para que cualquiera de estos procesos resuelva nuestro problema con el plástico, pero estos son signos positivos de que la ciencia puede ayudar a guiar a la industria del hogar —y al mundo del consumo en su conjunto— hacia un futuro más sustentable. Es un dato que vale la pena recordar la próxima vez que te repugne ver un gusano o un escarabajo.

 

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