UN SILENCIO CARENTE DE VIRILIDAD

El peculiar Estado de Derecho de la Cuarta Transformación de la República, necesitaba como todas sus lindezas, acudir a la memoria del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para traer a colación ciertos hechos del pasado, los cuáles no fueron expuestos en su momento por una notable carencia de virilidad. Gracias a esa evocación del ayer, hoy comienza nuevamente un circo del referido estado.

 

En efecto, esto es así, ya que en días muy recientes el Señor Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, sin que nadie se lo pidiera, trajo a la palestra  ello, por supuesto en beneficio de la Cuarta Transformación de la Nación y del suyo propio: “que durante el gobierno de Felipe Calderón,  ex presidente de México, se ayudó indirectamente a afectos de su esposa Margarita Zavala a evitar la cárcel por el muy lamentable acontecimiento de la Guardería ABC” y para tal efecto se montó,  según su dicho, toda una “Operación de Estado”.

 

La afonía de Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, durante tantos años,  no merece ni el derecho a la cortesía.  Ese mutismo no desprende -humo de buen derecho— sólo evidencía una notable falta de virilidad y de tamaños de varón por no haberlo expuesto en el momento adecuado, según dijo: “porque fue amenazado”. Hobbes al respecto en el ayer señalaba: “En la venganza los hombres atienden, más que al pasado, al bien que esperan recibir”.

 

Si todo lo expuesto por Arturo Zaldivar Lelo de Larrea,  se hubiera dicho en su momento y con con valor a toda prueba, hubiera sido digno no sólo de encomio, sino de fortalecido elogio, si hubiese denunciado los hechos como jurista que dice ser  ante las autoridades correspondientes,  otro gallo cantaría.

 

Como eso no sucedió así, ahora sus palabras quedan adecuadas al pensar de los verdaderos abogados de la antigüedad cuando expresaban  “AULAEUM TOLLITUR, AULAEUM MILITUR”, es decir: “Se alza el telón, se baja el telón”.  Frase que critica a alguien  que busca un interés.

 

Interesa que se sepa que con dicho señalamiento, ahora pretende ser (según se dice), el próximo Fiscal General de la República  y ello lo busca aprovechando el inmenso dolor de todos aquellos abuelos, padres, hermanos y familiares de quienes en carne propia sufrieron un incalificable delito que lesionó de manera gravísima el sentimiento y moral de nuestra Nación y de tantas familias afectadas por aquél grave acontecimeinto.

 

Los familiares de aquellos maravillosos infantes que perecieron,  tragándose su dolor,  sólo buscan justicia, sólo pretenden justicia, la cuál les ha sido negada por la inmensa corrupción que prevalece en el entorno de ella.  No requieren las palabras de interés político de alguien que no tuvo el valor de enfrentarse al prepotente Secretario de Gobernación de aquél entonces.

 

La Justicia Mexicana y su deseado Estado de Derecho, tienen la obligación de castigar y encarcelar hasta el más elevado límite a los delincuentes de poder que han lesionado no sólo la confianza, sino el respeto que en puridad debe tenerse a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no importando para ello los cargos que detentaron.

 

Aquí, sólo nos queda –en el caso concreto y otros– exigirle, coaccionar,  demandar y reclamar al C. Presidente  Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos,  Andrés Manuel López Obrador, que si desea que prevalezca la Justicia en México,  ésta se procure e imparta de manera pronta y expedita, evitando al máximo las omisiones y dilaciones de su fiscal Alejandro Gertz Manero, que sólo llevan a alargar de manera innecesaria la verdad que México requiere saber. Sin que se tuerza la balanza de nuestra Diosa Themis.

 

Finalmente sólo resta expresar que respecto a las palabras expresadas por el tal Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México sólo piensa que con ellas se pretende “accommodare  coronam sibi ad caput”.

 

Es cuánto.

 

Lic. Alberto Woolrich Ortíz.

Presidente de la Academia de Derecho

Penal del Colegio de Abogados de México A.C..

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