Viento a Favor – El fin del poder (de la 4T)

En su discurso en la recepción de la Medalla al Mérito Ciudadano “Benito Juárez”, que otorgó a inicios de diciembre del año pasado la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano (MC), Porfirio Muñoz Ledo afirmó: “este régimen tenderá a desgajarse en los próximos dos años”.

Afirmación polémica que se antoja incluso aventurada, pero que, debido a su larga y relevante participación en la historia democrática del país, es necesario que tanto tirios como troyanos se tomen unos minutos y lo analicen, pues a mi parecer, el experimentado Muñoz Ledo llegó a dicha conclusión a partir de una amplia observación política, económica y social.

A saber:

Ante la convocatoria para celebrar en el Zócalo un aniversario más de su arribo al poder (pese a la pandemia), quien le colocó la banda presidencial en 2018 a Andrés Manuel López Obrador sostuvo: “Algo teme, y lo lamento, yo creo que está sintiendo el vacío del abandono del poder”.

Y me hace sentido, pues para nadie es un secreto que el hoy Presidente es un enamorado de la plaza pública, sin embargo, también es notorio que antes atestaba el Zócalo para mostrar su fuerza frente al Gobierno en turno y ahora lo hace no para presumir las transformaciones emprendidas sino para escuchar aplausos (de sus cercanos y beneficiaros de apoyos sociales) así como para confrontar al pasado.

Aunado a ello, pocos como Muñoz Ledo que han podido estar tan cerca de varios Presidentes, por lo que seguramente pudo constatar que conforme se supera la aduana de los tres años, las ambiciones crecen y las lealtades desaparecen, dejando en soledad a los alguna vez “todos poderosos”.

El ex diputado federal por Morena prosiguió: “el nivel de concentración de poder que existe en México no es ni heredable ni repetible”. Este hecho hace al Presidente un activo con menor valor, esto se aprendió en la pasada elección intermedia; no necesariamente la popularidad presidencial se transfiere a los candidatos, de lo contrario no se habría perdido la mitad de la CDMX ni la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.

Así pues ¿todo lo anterior qué significa? Que el Presidente temeroso, buscará reforzar una narrativa (propaganda) que nos aleje de la realidad. ¿Le alcanzará para terminar su periodo sin hartazgo generalizado? Difícil saber, pues incluso ha sido paradójico que en medio de una pandemia mal manejada y que ha dejado dolor y sufrimiento, él haya incrementado sus niveles de aprobación.

Lo que sí me queda claro es que la historia nos ha mostrado que una sola piedra puede modificar el cauce de un río y que la soberbia es la tumba de los que ignoran la realidad. Hasta el momento ha desestimado la pandemia y sus efectos sociales y económicos, la corrupción de sus cercanos, la Línea 12 del Metro y la inseguridad. Si hoy se sigue por el camino de vender ilusiones, la realidad lo alcanzará y muy probablemente la predicción de Muñoz Ledo se hará realidad, incluso mucho antes de lo que pensó.  No es deseable, pero eso le tiene sin cuidado a la terca realidad.

¿Qué debe hacer a la Sociedad Civil, academia y la clase política? Dar por sentado que encontrarán un país con instituciones despedazadas y a partir de dicho diagnóstico construir un acuerdo nacional incluyente con suficiente margen de maniobra para instrumentar una estrategia de “sanación” y de desarrollo factible y eficaz.

 

*Maestro en Gobierno y Políticas Públicas (UP) / Director General de @VentumConsultores

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