Agenda inteligente – Poder, perversidad e imposición

 

Es increíble todos los temas que en cualquier día se pueden ver en los medios de comunicación o en redes sociales, pensar en uno solo es hasta difícil pero lo que sí creo, es que todos están unidos por varios hilos conductores en los conceptos de bienestar, poder, política, salud, economía, vida diaria, filosofía y hasta espectáculos.

Y creo fervientemente que en realidad lo que une todas estas ideas y conceptos o disciplinas es la humanidad (el hombre, la mujer).

A partir de ahí, desde mi perspectiva, las verdaderas preguntas, que además no son nuevas, son: ¿somos buenos o malos por naturaleza? o ¿somos buenos o malos por la organización social que nos hemos dado?.

“El instinto malo es en el hombre más poderoso que el bueno. El hombre experimenta mayor atracción por el mal que por el bien; el temor y la fuerza tienen mayor poder sobre él que la razón”, este era el argumento del ilustre florentino, Maquiavelo, para apuntalar sus ideas sobre César Borgia, aunque hay que puntualizar que sólo hizo una descripción de algo que, sin duda, ya existía mucho, pero mucho antes que él.

Es seguro que el hombre maquiavélico existe antes que Maquiavelo, así el pansexualismo antes que Freud o el superhombre antes que Nietzsche.

También existe el otro lado, los que piensan que el hombre es malo solo si está en compañía de otros; es decir, que la sociedad corrompe al hombre que por naturaleza es ¡bueno!.

Debo insistir que este debate está lejos de ser nuevo, en la historia de las ideas, la contraparte de Maquiavelo la encontramos en Montesquieu, Rousseau y algunos otros que, como ellos, ponderaban el valor de la educación y la importancia de un pacto que nos advirtiera que de no cumplir la ley volveríamos al estado salvaje donde la vida era un valor poco apreciado y, así, el espíritu de las leyes se convertiría básicamente en un principio que decía: no son los hombres, sino las instituciones lo que nos asegura el principio de la libertad, ¡wow!

Seguramente muchos se preguntarán a qué se debe este comentario sobre la naturaleza humana, simple: hoy parece que en la sociedad y, principalmente, en la política es más notoria la perversidad que se puede tener por el hecho de conseguir el poder.

Parece que, un acto trascendental para el país, como la transición democrática desnudó lo malo que se puede llegar a ser, lo que se es capaz de hacer y decir en contra de quien piensa y opina diferente.

¿Acaso la transición democrática, la alternancia en el poder nos  trajo más problemas que soluciones?, sé que la pregunta pareciera provocadora, pero no lo es. Una parte de ella así parece porque la oferta política creíble, racional, lógica es sustituida por videos, acusaciones, injurias y todo el lodo que puedan intercambiar entre sí quienes contienden por el poder.

La pregunta tiene que ver con el tipo de país que queremos para nosotros y para los que vienen, es una pregunta que ojalá y en todas nuestras casas nos hagamos, porque la solución está exactamente ahí, en los hogares de los mexicanos, mexicanos que son la ciudadanía que todos los días salen a buscar el sustento y por supuesto a buscar una mejor forma de vida para toda su familia.

Esto es una simple invitación a la reflexión serena, alejada de la violencia política, de la violencia verbal en la que solo tienen que ver los que piensan que su “razón” es única e intocable. La diversidad y el reconocimiento del otro, hoy es lo único que debe importa, sino fuera así, entonces, amigos solo puedo decir que estamos perdidos.

Recuerdo que en la Francia post- revolucionaria, incluso posterior a Napoleón, existía el delito de: “excitación al odio y al menosprecio del gobierno” y habrá quien le cause gracia, pero las intolerancias actuales nos recuerdan que aunque ya no exista como ley, debe existir como parte de la naturaleza humana.

Sean felices. ¡Hasta la próxima!

Jessica Vega 

 @jessyvega81

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de Cadena Política.

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