Hambruna: una pandemia permanente que se puede agravar

Más de 820 millones de personas (70 % de esta población son mujeres) pasan hambre y unas 2,000 millones sufren su amenaza de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas. Esto significa que una de cada nueve personas pasa hambre en el mundo.

Los números de esta condición de bajo acceso a los alimentos se han incrementado en el año 2019 con motivo de las desaceleración económica mundial, además de las desigualdades del sistema que, aunque algunos países crecen, económicamente hablando, las desigualdades se mantienen o incluso aumentan.

África sigue siendo la región con más altos índices de hambruna, pero América Latina se ve incrementada en los números, sin considerar por supuesto que la mayoría de la población vive del comercio informal, para muestra basta el ejemplo de México, que más de la mitad de su  población en posibilidades de trabajar lo hace en el sector informal, cosa que no les da acceso a los servicios básicos de salud, o a una buena alimentación, ¿el resultado? 75% de los adultos y el 35% de niños y adolescentes sufren de algún nivel de obesidad.

La pandemia mundial por Covid-19 que nos está tocando vivir en el mundo, va a generar aún más pobreza de acuerdo con la preocupación que muestran la FAO (Organización de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura), la OMC (Organización Mundial del Comercio) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) pues señalan la posibilidad y la peligrosidad de una crisis alimentaria por la falta del dinamismo del comercio internacional.

Los tres dirigentes de las Organizaciones internacionales antes nombradas y encargadas de la alimentación, el comercio y la salud respectivamente, en un comunicado en conjunto, han señalado que las crisis de salud que se vive en nuestro planeta, puede repercutir en el comercio internacional y por consecuencia en el acceso de alimentos de exportación e importación y por tanto se puede generar una crisis alimentaria, como la pandemia, sin precedentes. Es decir, significará muy probablemente que más personas seguirán muriendo, y no será por COVID-19.

Además de la preocupación por la escasez de productos por un probable temor a la falta de productos dentro de algunos países productores, está el tema de cómo va a repercutir esta potencial escasez en los grupos más vulnerables como lo son los niños y las mujeres.

Además de la hambruna, la escasez alimentaria también termina por afectar la salud de los que sufren esta situación, y que, entre la anemia, la obesidad y los virus, las probabilidades de muerte aumentan.

Los Objetivos de Desarrollo sostenible, una lista de 17 objetivos de la comunidad internacional para alcanzarlos en el año 2030, contienen al Objetivo Número 2 que consiste en “HAMBRE CERO” que obliga a la comunidad internacional de acuerdo con números de la ONU, a sacar de la pobreza a 3.5 millones de personas por año, a partir del año 2019.

Como vemos, el panorama se avecina poco halagüeño para el combate a la pobreza. Tal vez el capitalismo globalizado no era tan malo después de todo, y el intercambio de mercancías a nivel planetario ya no es  solo una oportunidad, sino el remedio para…

Carlos Gonzalo Blanco Rodríguez
Abogado internacionalista y catedrático universitario.
Correo: cgonblanc@aim.com

@cgonblanc

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