Sana distancia

En estos días tan complicados y convulsos que vive la nación mexicana, es innegable que si algo y alguien nos va a sacar adelante, no es el gobierno, ni serán sus dudosas y vacilantes estrategias, no será esa absurda fuerza moral, ni los amuletos que tanta sorna han causado, tampoco será eso; a este pueblo, lo moverá y salvará el mismo pueblo, ese que tiene una fuerza que solo los mexicanos tenemos ante la adversidad y los problemas.

Y me refiero a esa respuesta social a esa férrea voluntad y esa solidaridad durmiente que despierta cada vez que se necesita, ya sea ante circunstancias que la naturaleza nos impone o como ahora que esta pandemia nos amenaza y nos recuerda que no somos una ínsula y que el efecto mariposa tarde que temprano hace y cumple su cometido.

Me toco vivir la crisis que se dio hace algunos años por la Influenza AH1N1, y si, fue un momento difícil, la incertidumbre era algo con lo que convivíamos a diario y más aún porque al ser un virus local, desconocíamos proporciones y alcances tanto en su daño como en su duración, por fortuna la incertidumbre se convirtió en esperanza y con esa esperanza vinieron nuevos y mejores días. Sin ser experto en medicina, epidemias o inmunología, creo que lo que estamos viviendo ahora con este nuevo virus, COVID19 / Coronavirus, es algo de proporciones inimaginables y puede ser letal, ojalá lo entendamos.

Esta pandemia pondrá a prueba al raquítico andamiaje hospitalario con que contamos, si bien hay expertos y una experiencia previa, también es cierto que el desmantelamiento y la falta de inversión por no decir displicencia gubernamental en gastar en ocurrencias presupuestales y no en infraestructura e inversión las cosas que realmente importan, es lo que nos tiene con los dedos en la puerta ante esta amenaza.

Un dato, mientras en Italia que hoy es el epicentro de la emergencia y con hospitales saturados, se tienen disponibles seis mil camas de cuidados intensivos para una población de 60 millones de personas, México tiene apenas, tres mil quinientas camas para 120 millones de mexicanos, si no hacemos conciencia y no tomamos las medidas adecuadas, de ese tamaño puede ser la emergencia en los días por venir.

De igual forma, al escribir esta edición se tiene ya la confirmación del primer fallecimiento por COVID19, familiares sostienen que ellos mismos pagaban algunos de los medicamentos y que al momento no les ha sido notificado protocolo alguno para el manejo de los restos de su familiar ni tampoco cuidados para quienes estuvieron en contacto con el paciente, urgen estos protocolos y urgen porque a partir de ahora la negligencia puede comenzar a cobrar sus cuotas y a generar responsabilidades.

Mención especial merece esta sana distancia que debemos imponernos entre nosotros y que puede ser el punto de inflexión para sobrellevar lo que se nos viene, no se trata de cuidar al más fuerte sino de proteger al más vulnerable, quedémonos en casa, hagamos comunidad en el hogar, estamos a prueba y sin margen de error, el gobierno debe hacer su parte y además de cuidar nuestra salud, debe velar para que las fuentes de empleo tengan incentivos suficientes que los respalden en estos difíciles momentos. Urge un plan económico que vaya más allá de las ayudas clientelares, urge que cambie el oído y se escuche a todos, no es momento de que el gobierno le hable a sus seguidores, es momento de que el gobierno atienda a los intereses de la Nación. Sana distancia sí, pero con una cercanía gubernamental. #QuedateEnCasa #YoMeQuedoEnCasa

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